Por María Teresa Gutiérrez

Día 17 de noviembre 2019, mediados de otoño y ya camino de las navidades.  En todos los países seguimos con nuestras vidas ajetreadas, trabajos, niños, fiestas, alegrías, tristezas, sin sospechar  ni por un momento que hoy 21 de marzo de 2020, ya comenzando la primavera, estaríamos todos y en especial los españoles pasando por lo mismo que pasaron en China.

Veíamos imágenes que, como  tantas otras veces, pensábamos que solo pasan en la distancia, refugiados, hospitales, guerras etc.  Y seguíamos con nuestras rutinas ya camino de las navidades. La cosa avanzaba, pero seguían siendo chinos en la distancia  los que sufrían su propia cuarentena  y seguíamos pensando que eso nunca llegaría a España. En más de una ocasión nos fuimos haciendo un poco racistas y mirábamos a los chinos con cierto recelo.

Pero la vida, como la naturaleza, continúa y nos metimos en el invierno;  pasadas las fiestas de navidad y pensando ya en la semana santa, pues acostumbramos a ir más rápido que nuestro propio tiempo y destino, sin pensar ni por un momento que todo se detendría de repente, que nuestras vidas cambiarían de forma inesperada, que nuestros sueños e ilusiones se derrumbarían justo al llegar la primavera.

Bienvenida primavera, luminosa, florida, con campos verdes y animales pastando. Cuántas ganas tenemos de verte, de tocarte, de olerte de correr por tus prados y disfrutar del sol para que nos lleves rápido hacia otra nueva estación el verano.

Si las palabras de agradecimiento pudieran volar como los pájaros lo hacen en primavera ,estaríamos ante otra invasión pero esta vez de gratitud, y  agradecimiento a todo el pueblo español por su esfuerzo, por su sacrificio, por su obediencia,  para poder entre todos poder desterrar a nuestro enemigo común.

Llegará el verano más lento de lo habitual y debemos llegar con algunas lecciones aprendidas la importancia de no dejar solo a nadie. Hemos sabido lo que es la soledad, la importancia de aprender a convivir con los más cercanos, que a veces han estado tan alejados, el saber que las imágenes que vemos en la tele pueden viajar por todo el mundo y que todos podemos ser chinos, musulmanes, blancos o negros porque en realidad  somos  seres humanos

Desde mi desasosiego y mi miedo pero sin perder la esperanza escribo este mensaje para llegue a todo el mundo y evitemos que algo así vuelva a  ocurrir.