Por Carmen
Tengo tantos años que lo llaman mal llamados tercer edad, y tengo tantos recuerdos que ningún jovencito puede guardar, porque cuando se nace la cabeza es como un botijo sin agua, no vale para nada, con los años se va llenando de vida, de recuerdos, de sabiduría, de cariño, de amor, de amistad, de comprensión, de desamor, desconfianza, desengaños y un montón de vivencias, me siento lleno el botijo, a punto de reventar.
Soy el pasado, el ayer y el hoy, todavía queridos jóvenes, soy el hoy, no tengo el mañana ni el futuro, eso es, vuestro, perdonar si os miro con un poco de pena. Pero ánimo si tenéis suerte y llenáis el botijo, pasareis por mi puerta esté donde esté. Os espero cachorros y os veré. Se alcanza llenando el botijo, primero con un chorro grande, luego un poco menos y cuando está casi lleno gotita a gotita para que no se salga, porque cuando eso pasa, por tan poca cosa, SE TE VA LA VIDA.