Como coordinadora de un servicio de acompañamiento a mayores que sienten soledad, apunta al objetivo más importante: ayudar a las personas a sentirse partícipes de la sociedad.

Mar es trabajadora social y coordina el programa de acompañamiento social a personas mayores que se sienten solas que estamos llevando a cabo en la ciudad de Madrid. Coordina un equipo de ocho integradoras sociales que actualmente están dando apoyo a más 300 personas en todos los distritos de la capital.

Cuenta cómo la pandemia sirvió para fijar la atención de la sociedad en las personas mayores, pero “no se escuchan sus necesidades” y “esto es muy necesario”. Con este proyecto se trabaja para que la persona se sienta partícipe de la sociedad: “Queremos generar vínculos, participación”. Es un proyecto para mitigar los efectos de la soledad no deseada, para fomentar el envejecimiento activo y para abordar la participación social como un derecho.

Nuestra compañera nos traslada las voces de las personas a las que escucha, que comparten su sentimiento de quedar “desactivadas” de la sociedad una vez que dejan de formar parte de la “población activa”. Mar nos apunta a un sentimiento que sintetiza las necesidades de una etapa de la vida y que expresó una de las mujeres atendidas en el programa: “A mí nadie me ha enseñado a envejecer”.